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Si hay un arquitecto al que la ciudad de Madrid debe gran parte de su patrimonio arquitectónico, ese es Antonio Palacios (1874-1945), que a principio del siglo XX dejó su impronta en la capital.

Hay quienes comparan la obra de Antonio Palacios en Madrid con la de Gaudí en Barcelona, y lo cierto es que Palacios fue un arquitecto visionario que transformó una ciudad tradicional en la gran urbe que hoy en día conocemos. «No sé cómo sería la ciudad sin su obra, es una hipótesis imposible, pero sí sé que, gracias a su trabajo, Madrid tiene hoy un perfil característico. La ciudad es heredera del pensamiento de este arquitecto», señala el catedrático de composición arquitectónica de la Universidad San Pablo CEU, Pablo Campos, en un artículo del periódico ABC. A Antonio Palacios pertenecen edificios tan reconocidos como el Palacio de Correos y Comunicaciones, hoy sede del Ayuntamiento de Madrid, el Hospital de Maudes en Raimundo Fernández de Villaverde, varios edificios residenciales de la Gran Vía, el edificio de las cariátides, hoy sede del Instituto Cervantes, la casa comercial Palazuelos, el Casino de Madrid, el Banco central o el Círculo de Bellas Artes, estos últimos en la céntrica calle Alcalá. Sin embargo, estos son solo una pequeña muestra de la fructífera carrera de este arquitecto: aquí puedes ver todos los edificios de Antonio Palacios en Madrid. También Antonio Palacios está detrás de las estaciones de metro de Tirso de Molina y de Chamberí, además de numerosos edificios de viviendas repartidos por toda la ciudad.

Nos vamos a centrar en el Círculo de Bellas Artes porque el ambicioso proyecto de Palacios podía considerarse casi como una pequeña ciudad o un pequeño transatlántico, por todos los usos que tenía. Finalizado en 1926 en la confluencia de la Gran Vía con Alcalá, era un edificio de uso lúdico para un reducido grupo de socios. El edificio, hoy muy conocido por su inmensa azotea coronada por la imagen de la diosa Minerva/Atenea que vigila la ciudad, integraba pintura, escultura y artesanía, aunando las dos facetas más características en toda la obra de Antonio Palacios: la unión del artista-arquitecto con la constructor-maestro de obras. “Madrid le debe mucho. En la morfología y los hitos arquitectónicos, Madrid le debe mucho a Antonio Palacios”, como explica Juan Miguel Hernández León, arquitecto y Presidente del Círculo de Bellas Artes en un documental sobre la figura de Antonio Palacios. “Es sin duda, uno de los iconos que construye la imagen del Madrid contemporáneo. Él vive un momento muy especial, el de transición de una vieja ciudad tradicional, capital de un reino, a una metrópoli del siglo XX”, como explica Jose María Ezquiaga, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid en el mismo documental.

Como curiosidad, cuando en 1920 el Círculo de Bellas Artes sacó a concurso la construcción de su sede, el proyecto presentado por Antonio Palacios fue descalificado porque superaba la normativa municipal que fijaba un límite de altura de 25 metros. Finalmente, y después de reclamar durante casi un año, consiguió que se le otorgara el encargo de realizarlo.

El Círculo de Bellas Artes, que se planificó con salas para fiestas y eventos, bailes, salas de juego y billares e incluso sala de esgrima o piscina, tenía dos eventos anuales de gran importancia en su Sala de las Columnas: el baile de Carnaval y el de Reyes. Por sus salas han pasado personalidades de la cultura de este último siglo, y una anécdota curiosa: Valle-Inclán, socio del Círculo de Bellas Artes proponía su demolición como gesto revolucionario, que afortunadamente, no se tuvo en cuenta.

Hoy en día, son frecuentes las exposiciones, eventos culturales y charlas que se realizan en el mismo, con fiestas sonadas como las Noches Bárbaras, con conciertos en sus diferentes salas, o las exposiciones anuales de Photoespaña. Sin embargo, lo que es indiscutible es que la apertura de la azotea como café/bar ha supuesto una afluencia importante de turistas que suben hasta lo alto del edificio para disfrutar de las vistas de todo Madrid.

Sea como fuere, el Círculo de Bellas Artes es solo un ejemplo más del amplísimo trabajo de este arquitecto al que la ciudad de Madrid debe su renombre actual.

© Fotografías: varios autores

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