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A lo largo de los últimos meses, a raíz de la situación de confinamiento y pandemia por la COVID-19 que estamos viviendo, hemos visto que la búsqueda de viviendas ha variado notablemente. Han aumentado el número de búsquedas de áticos, viviendas con terrazas y balcones y hay una tendencia a buscar viviendas en las periferias de las ciudades. El cambio de hábitos de vida y el teletrabajo son dos de estos nuevos factores.

Con la posibilidad de trabajar desde casa y que la presencia física en la oficina sea puntual, el teletrabajo se ha convertido en norma para muchas personas, que de repente tienen que compartir su espacio de trabajo con el de ocio y cuidado de la familia. Las dificultades de una efectiva conciliación familiar y la búsqueda de espacios seguros han pasado a ser las principales razones que han influido en la búsqueda de viviendas.

Los requisitos del teletrabajo

No todos los trabajos se permiten el poder teletrabajar. Según un estudio realizado por Caixa Bank sobre el teletrabajo en España, un 32,6% de los empleados en España podría hacerlo, aunque antes de la crisis del coronavirus el teletrabajo apenas se realizaba por un 8%. Para los que sí pueden, lo fundamental es disponer de una buena conexión a internet, y de una mesa y espacio de trabajo adecuado. Al no tener que desplazarse para ir al trabajo, están empezando a priorizarse elementos en la búsqueda de viviendas como la orientación, el número de metros cuadrados, la cercanía al campo o espacios naturales y la luminosidad de la casa por encima de otros como la ubicación.

Al igual que con la cláusula COVID, el 2020 está siendo un año de cambios en todos los sentidos, y lo que está claro es que para el teletrabajo ha sido un claro catalizador. Otra de las tendencias en la búsqueda de viviendas que se está observando ha sido la demanda de que la vivienda tuviera una habitación o espacio exclusivo para teletrabajar, un lugar donde poder instalar una pequeña oficina.

Se busca terraza o balcón

Otro aspecto interesante a tener en cuenta es que ha aumentado las búsquedas de viviendas y locales en la periferia de las grandes ciudades. La gente no quiere estar en el centro de las ciudades, donde las viviendas son más pequeñas, oscuras y viejas, y prefieren trasladarse a las urbanizaciones de la periferia, donde disponen de viviendas más luminosas, con mejores materiales y más nuevas, y en consecuencia, de una mejor calidad de vida en estos tiempos. Además, las familias con niños pequeños reclaman espacios abiertos donde poder llevar a sus hijos con seguridad o cercanía con la naturaleza. Cada vez están más demandadas las terrazas y balcones, pero también locales luminosos donde poder trabajar con seguridad, edificios con espacios comunes y jardines donde poder salir con seguridad si vuelven a confinar la ciudad por motivos sanitarios.

Tal vez en el futuro el teletrabajo se haya asentado de tal forma que lo veamos como algo natural y todas las casas estén pensadas para compaginar esa parte de nuestra faceta profesional con la vida personal. De momento, este año estamos viviendo una etapa de cambios, y el mercado inmobiliario está siendo testigo de cómo nos está afectado.