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Madrid es una ciudad con un patrimonio arquitectónico amplísimo, y muchas veces hay edificios increíbles conocidos únicamente por algunos especialistas o los vecinos de la zona. En otras ocasiones os hemos hablado de la Residencia de Estudiantes o del edificio Rascainfiernos, diseñado por Fernando Higueras, entre otros edificios singulares de la capital. En esta ocasión os traemos la Fábrica de cerveza El Águila Madrid, situada en Barrio de Delicias, distrito de Arganzuela.

La Fábrica de cerveza El Águila Madrid fue construida durante 1912-1914 y es un claro ejemplo de arquitectura industrial de comienzos del siglo XX, donde la fábrica se proyecta como un monumento, un concepto desarrollado ampliamente por ingenieros alemanes. Está construida en estilo neomujdéjar en ladrillo rojo y se encuentra situada cerca de las estaciones de Atocha y Delicias, teniendo incluso sus propias vías de ferrocarril de mercancías que la unía con Atocha y Príncipe Pío. Otros ejemplos de este tipo de arquitectura industrial monumental en España podrían ser las fábricas textiles Batlló y VaporVell en Sants, Barcelona (1869), la torre de los perdigones de la fábrica de San Francisco de Sevilla (1885), la Casa de la Moneda (1856-1861) de Francisco ]areño y Nicomedes Mendivil, las bodegas Codorniú en San Sadurní de Noia, (1896) de Puig y Cadafalch o la central eléctrica propiedad de la sociedad catalana de gas en Sevilla, de Aníbal González (1900).

Una construcción imponente para la época

La construcción de la Fábrica de cerveza El Águila Madrid fue todo un acontecimiento en ese momento, y corrió bajo la dirección de los arquitectos Eugenio Jiménez Corera: 1912-1914 (las cocheras, módulos de proceso, bodegas, silos y heladora) y Luis Sainz de los Terreros Gómez la ampliación posterior, desde 1915 a 1935. Según la revista Madrid Histórico, “el conjunto de las instalaciones ocupó inicialmente una superficie de casi 9000 m2. Para la construcción se precisaron veintiuna toneladas de chapa galvanizada en sus cubiertas, veinticinco toneladas de armaduras de hierro para levantar edificios anexos y salas de calderas, más 532 toneladas de hierro en vigas y diversas columnas traídas especialmente desde Alemania; no se encontraba fabricante alguno en España, pues los Altos Hornos de Vizcaya se inauguraron posteriormente, y sus medidas eran de elevadas dimensiones. Algunas de estas columnas se muestran hoy día en la entrada principal del Archivo Regional de Madrid. También conviene destacar el empleo de 600 toneladas de cal de Zumaya, 2000 toneladas métricas de cemento y 6500 de ladrillo rojo; al poco tiempo pudo habilitarse una chimenea de 48 metros de altura.” Lo cierto es que este complejo fabril resulta una de las mejores ocasiones de conocer la arquitectura industrial del primer cuarto del siglo XX, destacando entre todas las construcciones que forman la fábrica La Maltería, el edificio inicial ejemplo del racionalismo europeo de la época. También son de destacar en la arquitectura originaria los Pabellones Administrativos, el Módulo de Proceso y la Heladora, junto con los Silos de cebada que se encuentran a la entrada.

Espacio destinado a la cultura

En la batalla de Madrid, durante la Guerra Civil sufrió daños, pero finalizada la contienda es restaurada y vuelta a poner en funcionamiento. La fábrica estuvo en activo hasta 1985, cuando fue adquirida por el grupo cervecero Heineken y se traslada a unas nuevas edificaciones en la carretera de Burgos, donde sigue en la actualidad. En 1990, el antiguo edificio de la Fábrica de cerveza El Águila Madrid fue declarado Bien de Interés Cultural y la Comunidad de Madrid creó en ella el Centro de las Artes y la Cultura, siendo actualmente la sede de la Biblioteca y Archivo Regionales Joaquín Leguina. Hoy en día, es un espacio utilizado para diferentes exposiciones y actividades culturales, a la vez que se puede visitar y disfrutar de su arquitectura.

© Fotografías: Rutasconhistoria.es, M.P. Tejada

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